DeBuenDiseño, S. C.

Brevísima historia y consecuencias

Hablar de la historia de una empresa que se consolidó en las dos últimas décadas del siglo pasado, es la necesidad de entender que en el diseño, la forma depende del fondo y no lo contrario. Para los que asistimos a la universidad con materiales de dibujo y no con una laptop, estos años han sido de un esfuerzo sostenido por mantenernos actualizados, a pesar de los enormes cambios tecnológicos.

De aquellos escritorios, escuadras, pegamentos, pinceles, aerógrafos, pinturas, marcadores, cartulinas, cintas adhesivas y, en fin, todos los materiales que conformaban la infraestructura indispensable de la labor del diseñador, ya solo nos queda el lápiz, sencilla herramienta primigenia de expresión creativa, mediante la cual —los que aún creemos más en la neurona que en el píxel— podemos encontrar en textos y bocetos elaborados con este instrumento, el verdadero sentido del diseño: la antesala de la expresión gráfica que desembocará —ahora sí— en una forma efectiva y atractiva, mediante la adecuada explotación de los medios cibernéticos.

De Buen Diseño, que comenzara como Diagrama, fue la consecuencia de la necesidad de aparentar grandeza cuando las correrías e insipiencias de un novel diseñador, lo llevaron a fundar su propia empresa. Fue el 28 de febrero de 1986, cuando se firmó el acta constitutiva que dio carácter oficial a este taller.

Al igual que casi todos los casos de empresas de diseño en México, el nuestro ha experimentado momentos excelentes, buenos, malos y pésimos. Las crisis recurrentes de nuestro país —afectando a una generación a la que no se le ha permitido respirar tranquila por más de un año durante los últimos treinta— nos han obligado a permanecer en un estado de alerta permanente y buscar métodos de trabajo altamente eficientes.

El mundo ha girado por completo hacia el internet y sus satélites: el correo electrónico y las redes sociales. Las hojas carta son hoy plantillas, los sobres ya no tienen cabida en el sistema y, quienes nacieron después de los noventa, suelen preferir el chat al diálogo, aun para resolver temas laborales; un tema que nos aterra a quienes aprendimos a gozar de una buena conversación frente a frente con otro ser humano. En todo caso, estamos obligados a atender a los nuevos tiempos y adaptarnos a ellos, que ciertamente ellos no lo harán por nosotros.

A fuerza de cumplir con las necesidades de comunicación de los tiempos actuales, De Buen Diseño se ha diversificado y hoy cuenta con divisiones de identidad visual, editorial, video, comunicación, ilustración y diseño web. Nos mantenemos a la vanguardia en sistemas de cómputo y programas que nos aseguran una respuesta efectiva y eficiente a todas las necesidades de nuestros clientes.


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